Desde que me casé, hace 20 años,cada año vengo a este Hotel.
No exactamente el mismo día pero siempre celebró mi cumpleaños aquí.
No me imagino hacerlo en otro lugar; cuando llego, me espera una enorme sonrisa de Eliécer en la entrada, y ni hablar de las niñas de comedor, quienes de una forma cómplice saben la fecha exacta de mi día y en cuanto me descuido llegan a mi habitación con una enorme torta y todo es una fiesta; cada pasada por el comedor, me dan todo el cariño del mundo.
Este año mi familia me quiso dar una sorpresa y me llevo a otro Hotel muy lindo también, sentí tal nostalgia, que me fugue a la llegada, eran las 2 de la mañana y llegue a mi Hotel.
Gracias María Valdés Jefe de la pandilla cómplice culpable de esta parte de mi vida tan importante y por supuesto la de mi Familia.
Los amo y les pongo 50 estrellas por tanta calidez, servicio, elegancia y sentido de excelencia.
Pero sobre todo por hacer de este sitio parte de mi vida y permitir que me sienta en Casa.
Recomiendo a Marriott Panamá como el Hotel donde no se extraña nada, pero se extraña siempre cuando se está lejos!!!!
Amparo Castilla