Situado en un barrio tranquilo, aunque un poco alejado de la zona con más vida de la ciudad. Las habitaciones son modestas, pero muy funcionales. Disponen de wifi, aunque la señal era muy baja.
Aunque todo está muy limpio, la primera noche tuvimos que canviar de habitación. Solo entrar nos encontramos una pequeña plaga de hormigas en nuestro cuarto. En recepción, muy amablemente nos indicaron que sólo les quedaba una habitación, así que fué donde finalmente nos instalamos. La lástima es que estaba junto a la recepción, y era un poco ruidosa.
El personal es simpático y eficiente, ofreciendo muchas excursiones por la zona. No teníamos el desayuno incluido, pero a unos 5 minutos encontramos un buen lugar donde almorzar, la Holland Bakery.