En Tel- Aviv hay varias opciones para quedarse en hoteles preciosos. Elegimos éste porque está a tiro de piedra de varias zonas a las que se puede ir andando, de día y de noche. El Paseo Marítimo, la zona vieja de Jaffa que es donde está toda la mayor parte de la zona histórica, el mercado lleno de graffitis y murales y los restaurantes del Puerto. A TODOS estos sitios se puede ir andando y como en Tel- Aviv el tráfico es un horror, yp recomiendo escoger la ubicación con cuidado.
Encima el hotel es una cucada, con un servicio EXCELENTE, tanto en el proceso de reserva, como en la llegada como en la estancia. Sonrisas, bandeja de fruta, en fin una gozada.
NO es un hotel grande, y las habitaciones son algo justas, pero la verdad es que da igual, porque a Tel- Aviv nosotros vinimos a vivir la cuidad, y de todas formas cuando llegas por la noche a la habitación, te tumbas a la bartola, y encima desde nuestra habitación se veían los tejados del hotel y al fondo el MAR!.
Bar- restaurante abajo para tomarse la copia antes de salir a cenar y un suculento desayuno por la mañana ( incluido en el precio).
Muchas gracias por una excelente estancia. Si vuelvo a Tel- Aviv repetiré.Más
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