En el límite de la zona más violenta de San José, el abandono de las instalaciones y la dejadez en el mantenimiento hacen que lo que debió ser un gran hotel se haya convertido en un hostal pretencioso.
Cabe destacar la bañera que uno pisa no sin escalofríos y las pantallas de las lámparas de color indefinible.
Poco importan ya las interrupciones continuas del WiFi o el ruido del aire acondicionado.
Para colmo hay que señalar la grosería del gorila de la puerta que trata de prostituta a cualquier mujer que venga a buscarte, como si a base de machismo y clasismo de mantuviera la calidad de un hotel en nuestros días.
Una lástima.

Pasé una noche en el hotel por cuestiones laborales, y la verdad tiene una buena ubicación, linda vista de san José, pero el trato del personal fue poco colaborador, ya que debía presentarme a una reunión debía salir a las 7:45am, consulte con el personal si me podrían preparar un café antes de salir y su respuesta es que el desayuno se sirve a las 8am y no harían ningún tipo de excepción, a lo que me pareció poco cortes considerando que eran unos pocos minutos antes y mi solicitud no fue nada especial.

Para cenar solo tenían habilitado un sport bar, con una sola persona, además de comida solo podía ser pizza o alitas.

En términos generales el hotel para visitas de negocios a san José no es recomendado.