Hotel de estilo clásico, ubicado a entradas de El Calafate. No tiene vistas y está ubicado sobre dos accesos, pero está perfectamente insonorizado. Las habitaciones son amplias y el baño tb. La decoración de estilo clásico, mucha superficie de apoyo. La iluminación podría mejorarse. Las camas son muy cómodas, pero las almohadas deberían renovarse. Tienen frigobar. Amenities en los baños. Desayuno bueno. Los dulces y salados de variable calidad. Excelente atención. El wifi, no llega bien a todas las habitaciones por ejemplo la hab. 108 de planta baja, no tenía señal. La 106 si. Excelente opción a buen precio en Calafate.

El hotel está alejado del centro para cualquier cosa tienes que hacer un paseo de 25 minutos pero lo peor es que a la vuelta es de subida. El personal fue amable en todo momento, pero la hora del Check-Out es a las 10:00, pedimos salir a las 12:00 pero nos dijeron que solo si pagábamos la mitad de lo que costaba la habitación una noche nos dejaban la misma hasta las 18:00, me parece exagerado ya que queríamos solo para salir a las 12:00 que es gratis en la mayoría de los hoteles y visto lo que ofrecían lo era por falta de habitaciones. El desayuno se basa en dulces con eso de que son pasteleros y los hacen allí mismo, y es verdad están muy ricos pero solo pasteles, porque a parte de eso te ponen un poco de jamón cocido y algo de queso y para de contar. Lo que sí está bien es que tiene la estación de autobuses al lado pero dado que la ubicación te exige tener auto pues no sé si finalmente eso es una ventaja.

Las habitaciones eran muy cómodas y limpias, el personal muy atento y servicial.
Lo mejor, el desayuno (tienen una pastelería artesanal funcionando dentro del hotel).

Sin duda volveríamos a hospedarnos allí