Nos recibieron con un bebida de bienvenida, y luego fuimos a la piscina, que es increíble, lo mejor es que cuenta con una cubierta y no tienes que alejarte para hacer uso del sauna, turco e hidromasaje, todo esta cerca. La atención es de primera por parte de todo el personal, son personas muy amables. A medida que recorres Samari, encuentras cada detalle que admirar, desde sus reliquias, hasta un piano en medio del campo. La comida estuvo deliciosa, la musica en vivo en la noche, bailar en medio de una fogata, mientras te tomas un rico canelazo, sin duda todo estuvo de ensueño, es un lugar para regresar y recomendar.Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante