El lugar es muy bonito, sin embargo no hay que dejarse engañar por las fotos. No se divisan delfines, estos animales habitan mas adentro del río. El atardecer se da por la parte posterior de la cabaña, donde hay una loma, por lo que no se divisa el sol ponerse. El acceso es complicado y si no participas en un tour organizado te cobrarán el transporte, que es muy difícil gestionar. Es difícil de coordinar y tiene que ser planeado con antelación, no dejando sitio a improvisar un poco.Además, el precio no incluye la cena! Dado que estás aislado en el río, no queda otra opción que cenar ahí y me pareció caro para lo que hay, y además no puedes escoger el menú. El trato de los empleados es muy bueno, en especial el de la cocinera, sin embargo el dueño de la cabaña no dispensa un trato muy amable. Tiene muy mala humor. Sólo hay tres horas de energía eléctrica al día (de 18 a 21). Las camas son pequeñas. Lo más destacable es la tranquilidad por la mañana, que vale la pena disfrutar. Más
- Wi-Fi gratis
- Piscina