Experiencia brutal para una noche. En nuestro caso la dos familias ocupamos todo el "hotel-cabaña". Los espacios son amplísimos, las habitaciones, la zona de comedor-salón, hamacas...el servicio se desvive por darte un trato excelente. Por supuesto sólo puedes acceder en lancha, eso te da la sensación de aislamiento. Está en una especie de canal amplio por lo que el tráfico de barcas no es excesivo. Desayuno y comida correctas, de la zona. Cayó una tormenta brutal toda la noche, otra experiencia. Tienen una cabaña añadida quizás mejor para parejas.Nada de lujos pero no creo eches en falta nada.