Una hermosa experiencia en esta hacienda que acumula siglos de historia, desde templos incas, pasando por la colonia hasta el presente, patrimonio de la familia Plaza (de la línea de los expresidentes Leónidas y Galo Plaza). Excelente servicio y esmerada atención, el edificio tiene un aura única, perfectamente cuidado, se esmeran en los detalles. Perfecto para quienes quieren disfrutar de los Andes con todo lujo.

Han sido varías mis visitas a la hacienda (creo que ha merezco un descuento), siempre está bien y nunca decepciona. La gastronomía es excelente y variada, la atención por parte del personal de primera y siempre preocupados por el bienestar del huésped.
Creo que podrían añadir algo más de atracciones en lugares cercanos para los visitantes.
Tengo que hacer un reconocimiento al personal que sabe solucionar los problemas, sufrieron un daño en la bomba de agua y enseguida nos cambiaron de habitación, aunque el hotel tuvo que hacer más trabajo, así se debe tratar al cliente.
Otra cosa a rescatar es que al tener una mesa compartida en el comedor inca, tuvimos la oportunidad de charlar con una agradable pareja inglesa.
Seguro volveré.