Este restaurante se encuentra en una plaza de Luarca, algo separada del bullicio del centro. Nos sorprendió el mimo al producto que procesan, facilitando sabores tradionales en elementos modernos que sorprenden. El trato del personal fue muy bueno

Espectacular. Solo 1 palabra
1º: el trato por el personal. Muy familiar y humilde. Nos han tratado de fábula a nosotros y a nuestra perrita
2º: la comanda. Tartar de salmón con guacamole, muy rico.
Lasaña digna de cualquier restaurante estrella michelín.
Salmonetes de roca, brutales.
El vermut, con un toque de gin x parte del chico q nos atendió (Diego, un encanto por cierto), especial.
Y los postres también geniales. La torrija y “affogato”, buenísimos. Gran sitio q hemos descubierto x casualidad!!
Enhorabuena y gracias!!!

Todos los platos estaban espectaculares, tanto la presentación como el sabor 10/10. Han conseguido darle una vuelta a cosas tan "corrientes" como unas croquetas y que sepan a gloria.
Sin duda tenéis que probar el costillar, tuvimos que repetir de lo bueno que estaba.
Una experiencia perfecta, ademas te dejan entrar con el perro y se estaba muy agusto dentro.
Parada obligatoria en Luarca. No entiendo como no tiene más opiniones.

Una experiencia muy agradable, la comida excelente y el trato de los camareros inmejorable, repetiriamos sin dudarlo

Restaurante cosmopolita en el corazón de Luarca. Una oferta gastronómica que mezcla la cocina regional con sabores del mundo. Platos con una vuelta de hoja, donde a través de la creatividad en la suma de ingredientes aportan toques singulares como si de notas musicales se tratasen.

Fuimos en familia. Con el peque y un perro. Disfrutamos del buen día en la terraza y nos quedamos con ganas de repetir y disfrutar de una velada en su interior.

Fue una parada en el camino por el norte. Y como ellos dicen, “Un restaurante que se convertiría en un faro para los viajeros y refugio seguro para los náufragos”

Enhorabuena a la chef y al equipo.