No era mi primera vez en estas islas paradisiacas pero, sin duda, he descubierto mi paraíso favorito del mundo. Las villas y las habitaciones se encuentran dispersas y escondidas a lo largo de la playa tras la impresionante vegetación, y todo esto le aporta una privacidad absoluta. Las villas de Soneva Fushi son súper amplias con accesos directos a la playa y baños único con duchas al aire libre y bañeras separada en un gran jardín privado. Una de las cosas que más me enamoró de Soneva Fushi es que se trata de un complejo ecológico. Toda sus fruta y verdura es orgánica y ecológica y tiene un sabor que te traslada al cielo. El pescado y marisco es fresco del día y los buffets de ensaladas son un sueño. Podría decir que es de los hoteles donde mejor he comido. También puedes disfrutar de picnics en islas vírgenes o una gran variedad de deportes de agua. Nosotras disfrutamos de atardecer con delfines y de snorkel con mantas raya y tortugas. Además, para las amantes del deporte, he dedeciros que el gimnasio era una auténtica pasada: súper bien equipado y con vistas a la isla. Y si vas de viaje romántico, os recomiendo la experiencia privada e íntima: pasar la noche bajo el cielo tras una cena privada en un banco de arena del Resort. Idílico.Más
- Wi-Fi gratis
- Playa
- Piscina
- Restaurante