El hotel es cómodo y cumple con todas las promesas de la marca Candlewood. Esto es, habitaciones con cocina, vajilla, microondas, lavavajillas y heladera. La limpieza, como es costumbre en esta marca es semanal, ya que están pensados para estadías largas. Cuentan con un mercadito en el que podés comprar alimentos y bebidas para una comida ligera, así como también algun analgésico, y productos de primera necesidad. No venden frutas. Algo que me gustó es que te prestan sillas y sobrilla para ir a la playa. Nosotros las pedimos prestadas por 4 días y nos vinieron re bien!! No sé si tienen muchas. El hotel también tiene pileta, aunque no la usamos y una parrilla que está a disposición de los huéspedes para usar.
Como puntos negativos señalo, el aire acondicionado era tremendamente ruidoso (habitación 318). A la noche no lo usábamos por el ruido. La heladera tampoco era muy silenciosa. La ubicación no es de lo mejor. Está lejos de las playas (20 minutos o más, según el tráfico) ni del centro de Ft. Myers. No hay muchas opciones para comer en las cercanías y casi siempre nos trasladábamos hasta el eje de la US-41. Lo bueno que tiene al lado es un parque, muy lindo para caminar o ejercitar.