Comparto completamente la opinión de otro pasajero del año 2016, pero 3 años más tarde no parecen haber entendido esta crítica dura. Estabamos en la misma situación de intercambio de Interval y la decepción desde la llegada siguió hasta la salida, esto es más que lamentable. La recepcionista insistió (!!!) en llenar el formulario, después de haber manejado 12 horas en carro, es un desafío al sentido común. Se llenó y al ver el apartamento (eramos 3 personas de la tercera edad) "solicitamos" amigablemente un upgrade..... deseo concedido. Primera sorpresa: la ducha en el cuarto grande (nos dieron una casa completa, correspondiendo al derecho adquirido por el intercambio para hasta 6 (!!!!!) personas), resultó tapada, con el efecto de inundar la cocina en el primer piso. Un colaborador "arregló" el daño, pero la mañana siguiente la cocina era la ducha, es decir, chorreó masivamente desde la ducha hasta la cocina. Reclamé a la gerenta, sin efecto de un arreglo definitivo, remedio: usar otra ducha, ya que habían 3 disponibles. El camino a la playa el segundo día significaba caminar en pleno sol unos 20 minutos (la mayor parte sin sombra, para personas de la tercera edad !!!!!) en ida y la vuelta. Causa: el hombre del micro-ferry, que supuestamente inica sus trabajos (como "empresario independiente", es decir SIN recibir un salario por parte del Hotel, en cuya jurisdicción ejerce un servicio, elemental para gozar de la playa !!!) a las 6:00 no había llegado a las 8:30. Fatal.