Espectacular entorno con una vista panorámica impresionante, excelentes anfitriones super amables del cafetal, que te explican todo el proceso, desde que se planta la semilla hasta que te tomas el café. También te sientes parte del proceso (totalmente artesanal) porque hasta te permiten participar en la cosecha y opinar sobre las diferentes calidades de los granos. Muy buena comida típica servida por esa hermosa familia en un ambiente relajado y desestresante. 100% recomendable, una experiencia única.