Ha sido un gran descubrimiento el de este parador. Nuestras expectativas fueron superadas con creces, ya que el parador (convento de Santa Catalina) cuenta con un espacio singular, un montón de rincones con encanto en su interior.
Agradezco asimismo la enorme amabilidad de su personal, desde el personal de recepción, como de los profesionales de la zona del comedor y del desayuno (Jose y una chica morena) que nos atendieron con mucho cariño, especialmente a mi hijo.
La habitación que nos ofrecieron era muy grande y cómoda.
Sin duda, se recomienda la visita a este parador, que además cuenta con una enorme piscina para la temporada de verano y con unos patios muy bonitos para tomar algo.
Una joya en el bonito y acogedor pueblo de Almagro.