Me alojé una semana en total. El hotel es pequeño y como tal, hay un trato al cliente amable, elegante, siempre con una sonrisa sin ser postiza y altruista. Cabe señalarlo. Cualquiera que sea del ramo de hosteleria y turismo sabe, que lo más difícil en el negocio es tener una buena y profesional plantilla, aquí, lo consiguieron. El hotel, primera linea de mar, con una planta B2 que consta de jardín privado para 5 habitaciones, con su respectiva piscina y camas balinesas. La piscina para los demás huéspedes se encuentra en el piso superior a esta.
La cocina esta a un muy buen nivel y además, se permite alguna modificación en los platos por ejemplo, un ceviche, que tienen en carta a por un ceviche de rape (que no está en la carta). Cocina tiene un sexto sentido para eso.
Quizás podrían tener una carta mas extensa con el bar y sus bebidas con alcohol (gins, vodka, whiskey..) pero al igual que el hotel se respira una selección mas que notable.
Una buena carta de vinos, cava y champagne a un precio mucho más asequible de lo que esperaba para un hotel de 5*
La cama muy confortable y cómoda 2x2, pero dentro de la habitación parece pequeña. El baño a consonancia.
Y como no, todo lleno de detalles.Más
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