Los helados son buenísimos, los postres exquisitos y la relación calidad precio excelente. Solo por eso ya merece la pena ir, pero además tienen detalles que marcan la diferencia: galleta con el café (lo hacen en más sitios de la zona), hielo de café para que el café con hielo no se quede aguado, fuente de agua fresca, agua para las mascotas, helados gratis para niños que miran menos de 95cm. y camarer@s muy amables. Y por si fuera poco hoy me han regalado una rosa. No se puede pedir más, bueno si que estuviese al otro lado del paseo, pero nada es perfecto. 😉