Hotel muy bien situado,en una zona peculiar,con mucho ambiente,sitios para comer, salir y comprar.No se ve zona insegura.Transporte público cercano y posibilidad de ir andando al puente de Brooklyn.En las instalacciones tienen un restaurante con comida asiática y en la última planta un pequeño bar con vistas panorámicas y precios caros.El desayuno es caro,cerca del hotel hay muchos sitios para desayunar,sobre todo hacia el norte.Tuvimos varias habitaciones,unas en las primeras plantas, estaban en obras en el exterior y cuando llegaban los obreros a trabajar te despertaban,además de que tenías que cerrar las cortinas para que no te vieran.Las que tuvimos en las plantas superiores estaban mejor.Tamaño pequeño como todas las habitaciones de hotel en New York.Había cafetera,cama muy cómoda y limpia.El baño está en algunas habitaciones,separado de la habitación con un cristal templado enorme,con lo que te ven desde la habitación cuando te duchas y la puerta es igual y deja pasar todo los ruidos,con lo que no es apto si se comparte habitación con alguien sin confianza.Un poco sobrevalorado de precio pero el hotel está muy bien para ir en pareja.