Es un lodge increible, en medio de una selva bellísima. Se nota en todo que es un establecimiento comprometido con la conservación de la naturaleza y con producir un bajo impacto ambiental.
Trato esquisíto, lleno de amabilidad y de atención.
Comimos y cenamos varias veces, la comida es muy buena y con opción vegetariana. Productos naturales de la zona y muy ricos.
Las habitaciones son un lujo, descansamos profundamente, el silencio de día y de noche es un placer . Los cuartos de baño limpios, con bonita decoración y bien equipados.
Todo está inmerso en una vegetación exuberante y llena de flores tropicales. Me pasé una mañana viendo las mini orquídeas, epifitas, helechos... que cubren los troncos. Había muchas mariposas, de diferentes formas y colores, y dos ranas.
Todos los días, al amanecer, subíamos al observatorio de aves. Es un gran salón cubierto, elegante, cómodo y abierto por los lados para poder observar. Efraín nos hizo de guía y, gracias a él, vimos pavas de monte, quetzales, dos tipos de tucanes que vinieron a comer los frutos de un árbol cercano, loros, varias especies de colibríes, tángaras, muchos pájaros preciosos y ardillas. Al cabo de una hora de estar absortos, nos subieron una bandeja con tazas y jarras de café y de leche. Eso sí que fue un placer!! Un café mientras observaba aves!
Por la noche empezaron poco a poco a aparecer luciérnagas. Al cabo de unos minutos levantaron el vuelo y todo el bosque se llenó de lucecitas intermitentes.
Bueno, en resumen, pasamos unos días y unas noches sumergidos en la naturaleza y en el lujo. Volveré...
Gracias Efrain y Molly, gracias a todo el equipo, sois grandes