Llegamos al anochecer a Manizales, ciudad que yo no conocía y nos encontramos en una esquina con este hotel, del cual alguien nos había hablado como una opción. El precio estaba un poco alto para nuestras posibilidades, pero nos hicieron un descuento. Tiene la ventaja que tiene parqueadero, si van en carro, como nosotros, pero el acceso a éste es algo enredado. La habitación con cama doble, más sencilla de lo que esperábamos, pero no estaba mal. Incluye el desayuno, que no nos pareció malo. Nos dijeron que podíamos salir en la noche a caminar por la 23, que prácticamente es la unica vía que es plana y así lo hicimos. Es una calle llena de comercio y de gente, y no tuvimos ningún inconveniente.