Estuve con mi familia el pasado puente de San Pedro. El sitio es bonito pero no existen mayores controles de bioseguridad, venden pasadias para la piscina sin importarles que hay suficientes huéspedes en el hotel sin procurar así un aforo máximo, ni advertir unas condiciones mínimas de higiene en las personas a quienes les venden el pasadia y gravísimo que estando mi vehículo en el parqueadero del hotel, algún desadaptado decidió marcar con una llave u otro objeto unos corazones y una letra en el capó, y el hotel no tenía ni la vigilancia ni los medios suficientes para investigar o aclarar lo sucedido, y al enterarse la administración no hizo ninguna gestión.