El Hotel Miraflores es cuasi céntrico, bien ubicado, a escasas cinco cuadras sobre las playas de Riohacha. Puede parecer curioso y bizarro que esté ubicado literalmente entre dos casas funerarias y que tenga de vecino a media cuadra al cementerio de la ciudad. Pero es el Caribe colombiano, es la tierra de don Gabriel García Márquez (el cual escribió pasajes preciosos sobre La Guajira y su capital, Riohacha, justamente.) Son las cosas del caribe, del trópico, del realismo mágico. Pero en general es un buen hotel, diría que en general de dos estrellas y media, y de cuatro estrellas en materia de aseo, lo cual no es poca cosa cuando de hotelería se trata. A propósito de playas debo decir que las de Riohacha son buenas, de un color casi aguamarina, y por supuesto: mucho mejores que las de Cartagena de Indias. Así que bien vale la pena meterse un chapuzón dentro de ellas.