El hotel queda sobre una avenida muy transitada, y si te toca una habitación a la calle, es imposible dormir, peor en viernes, como les pasó a los amigos con quien fuimos. A nosotros nos tocó una habitación en la parte de atrás y no escuchamos bulla de la calle, aunque se escucha fácilmente las conversaciones de los otros huéspedes y la bulla del personal trabajando.
El primer día ni mis amigos ni nosotros tuvimos agua caliente porque "todos los huéspedes se bañaron al mismo tiempo" (???)
El "comedor" tiene apenas 2 mesas con 4 sillas cada una por lo que hay que hacer turno para desayunar. El desayuno es básico.
Como no hay dónde parquear frente al hotel y por el alto tráfico, es complicado descargar o cargar el equipaje y recoger personas. El parqueadero (pagado, a dos cuadras) tiene restricciones de horario, incluso durante el día los domingos, por lo que hay que planear bien cómo vas a usar el auto.
Lo positivo del hotel: es muy limpio y el personal muy amable.
En resumen, en una próxima ocasión buscaremos un hotel en una zona más tranquila aunque cueste un poco más.