A pesar de no ser una pesona muy amante de la tranquilidad en cuanto a los hoteles se trata, debo reconocer que en un inicio no me sentia muy comoda con la idea de estar en un lugar tan tranquilo y con el concepto de hacienda. Pero en este momento luego de haber pasado una semana en este MARAVILLOSO lugar me voy enamorada..... cada uno de los detalles, la atencion, la comida y el ambiente tan acogedor.... en compañía de Daniel, Jimenita y sus hijos Emilo y Diego.... y por supuesto el siempre tan alegre Fares. Con el pasar de los dias me hicieron sentir como en casa, con atencion calida y los espacios tranquilos que ofrece el hotel y claro! Una habitación de ensueño y que no decir del espacioso y comodo baño al estilo rustico sin dejar de lado los detalles de un hotel de alta categoria...... por esto y muchos motivos mas cada vez que visite Ecuador este sera mi hotel preferido. "Un hotel que me lleno de relajación total con su tranquilidad y atencion única"