He viajado 8 veces a la zona y esta ha sido de largo la mejor experiencia. El Lodge alberga poca gente lo que la convierte en una experiencia totalmente personalizada, algo que se valora mucho. Está ubicada en la selva y no es parte de alguna ciudad lo que te da una verdadera sensación de ser parte de la naturaleza. Estás en la misma isla donde viven familias Quichuas, a minutos del criadero de caimanes y de la zona de caminatas.
Todo es fantástico aunque lo mejor de todo es la insuperable atención de Silvia y Francisco, los mejores anfitriones del mundo que le dan al lugar un verdadero toque familiar. Su ubicación, la limpieza, la comida, el servicio, su gente…… todo hacen de este Lodge un lugar al que uno quiere regresar sin duda.
Gracias amigos por hacer de este viaje una experiencia inolvidable.