En primer lugar, llegamos, nos indican la bubble que nos toca (en nuestro caso NASHIRA), nos espera una chica que nos explica el funcionamiento de todo en general y nos da la bienvenida.
De primeras, nos parece todo super bonito y acogedor, pero a medida que nos vamos instalando, empiezan a salir los defectos.
1. La bañera estaba rota (el tapón no funcionaba).
2. Suciedad por los rincones (enchufes sucios, mesitas y sillas sucias, toldo de la bubble con moho).
3. La madera del lavamanos bufada.
4. Las copas ralladas y sucias.
Una vez nos disponemos a cenar, el menú “degustación” nos sorprende, ya que es escaso y a su vez bastante justo de calidad:
1. Las tarrinas donde nos sirven el hummus y la olivada están picadas (rotas por los extremos).
2. El termo de la sopa rallado y viejo.
3. Los canelones (UNO de marico y UNO de carne) sin ninguna gacia, ni siquiera gratinados.
4. El menú adaptado para celíacos no opteis por pedirlo, me pusieron unas gambas congeladas y un meloso de ternera nada apetecible.
Durante la noche, el único radiador que funcionaba (los otros dos no funcionaban) y que por lo tanto, nos proporcionaba calor, se apago debido al frío exterior ya que el aparato se tenia que descongelar, o eso es lo que nos apuntaban con una nota pagada a este. De modo que hemos pasado mucho frío y nos ha costado un resfriado.
Cuando pensabamos que las cosas no podían ir a peor, nos hemos levantado (con hambre) y otra vez hemos quedado sorprendidos por el desayuno escaso que nos han brindado.
1. El mismo pan congelado de la noche anterior (repito, si sois celíacos traeros el pan de casa).
2. Incluía solamente una loncha de embutido por cabeza (una loncha de pavo, una de jamón serrano y una de queso de dos tipos respectivamente).
3. Eso si...los tomates recién cogidos del huerto!!! (No les habían quitado ni la tierra....estaban sucios de barro)
4. Nos han icluido capsulas de café, azúcar, sal, tomates etc, pero el aceite brillaba por su ausencia....
Al ser toda la estructura de plástico y coincidir con un maravilloso día, hacía que el “efecto invernadero” fuera un poco insoportable, por lo que, hemos desayunado rápido para poder marcharnos lo antes posible.
En conclusión, un concepto marvilloso, pero con una ejecución pésima, sin cuidar los detalles que hacen que esta noche de 308€ no valga lo que realmente pagas.